«CUIDEMOS LA VIDA, TENEMOS TODA LA ETERNIDAD PARA NO SER»…
La vida hay que aprovecharla mientras se tiene, y sobre todo mientras se la posee bien:
* con salud,
* con fuerzas, y
* con energía para dejar huella». (J. Mujica)
«La vida color de rosa» es un dicho muy común que significa considerar todo de un modo halagüeño… lo que es un mito ya que en la realidad esto no puede suceder siempre.
El diccionario de la lengua española nos dice que la palabra «color» significa la impresión que producen en la retina los rayos de luz reflejados y absorbidos por un objeto: la percepción de los colores es un fenómeno subjetivo, que se basa en los sentimientos de la persona.
La percepción de los colores es un fenómeno subjetivo, dije más arriba, y verdaderamente, en su variedad de tonos, cada cual puede expresar la calidad de su vida tal como la ve, existiendo la posibilidad de diferir con otros los colores elegidos, porque la elección es muy personal.
¿Y si todas las frutas fueran de un solo color? aunque hay un encanto especial en ello, al mirarlas nos haría un efecto mas bien aburrido porque no produciría contrastes en el conjunto frutal de la canasta.
Nuestra existencia puede llegar a ser algo así, sin colores variados, sin contrastes que reavivan los días, que atraen las posibilidades y oportunidades de cambio y disfrute del vivir, que motivan la comunicación con los demás, que dan sentido a la vivencia del día a día, podría resultar una vida muy aburrida, sin sentido, sin motivación de existir.
¿Que significa dar color a la vida?
Es algo así como vivir con un pincel en las manos tratando de pintar una obra de arte, un cuadro sobre la tela de la vida proyectando sus sentimientos sobre situaciones que vive a cada paso, buenas o menos buenas; hay siete colores principales y es la persona misma que los va pintando durante su andar por la vida… teniendo en cuenta que todos no ven la misma tonalidad de cada color y que por lo tanto debemos respetar la elección y capacidad de cada uno para la autenticidad del colorido que prefiere dar a su existencia.
En su obra «La brevedad de la vida», L. Séneca habla sobre el fin de la vida del ser humano y como afrontarla; para él la vida no es corta, afirma que es la propia persona que lo hace así parecer y según el, hay tres principios que ayudan para que el tiempo vivido sea bien aprovechado:
«Recordar el pasado para que se den cuenta de las muchas cosas que han vivido.
Vivir cada día con intensidad y consciencia para entonces aprovechar el presente.
Disponer del futuro pero sin afrontarlo con miedo ni centrarse en él».
Ánimo; dibujemos, pintemos y demos color a nuestra vida porque es hermosa y quizás no le damos gran valor hasta cuando estamos por perderla.
Dejo contigo estimad@ lector@ una frase dicha por un anciano que nos hace reflexionar sobre esos pincelazos importantes que debemos darle a la vida:
«LA MOCHILA DE LOS RECUERDOS SE CARGA ATRÁS Y SE CAMINA HACIA DELANTE, PORQUE DE LO CONTRARIO, NO SE PUEDE VIVIR»
Emma Allemand